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Souvenirs
El Mono Habitado
SINOPSIS:
Souvenirs es el relato de un viaje, la aventura de una mujer que decide ir en busca de su niña interior para recuperar su ilusión, su optimismo y su ingenuidad. Tendrá que sumergirse en su biografía y navegar por un mar de recuerdos, algunos en color y otros en blanco y negro. Es el reencuentro con la ternura y la sencillez de una niña capaz de no hacer nada, más allá de observar el universo con sus grandes ojos llenos de oscuridad.
El personaje de esta pieza revivirá con humor pasajes de su infancia y adolescencia, redescubriéndose a sí misma en distintos escenarios: el del primer amor, el subconsciente, la vuelta al colegio para huir de él, sus compañeros de juegos, los veranos de la infancia…etc Todo ello contado, a veces, por una niña que confiaba en un ratón generoso, coleccionista de dientes, y otras, por una niña a punto de cumplir los cincuenta.
Souvenirs es una experiencia divertida y emotiva donde el público no es un simple espectador, sin duda participará también del viaje despertando sus propios recuerdos.
Mucho más que simples recuerdos,
Llamamos souvenir al recuerdo de un viaje, de un lugar lejano en el que hemos estado solo de visita. Pequeñas figuras que la mayoría de las veces acaban cogiendo polvo en un rincón olvidado. Esta obra invita al público a plantearse una cuestión sencilla: ¿los recuerdos del viaje de nuestra propia vida son también cómo esas figuras abandonadas o, de alguna manera, siguen palpitando? La protagonista de esta historia nos hará comprender, al tiempo que lo comprende ella misma, que todo aquello que ha ido dejando a una lado al hacerse adulta, recuerdo de lugares y momentos que le pertenecen, son algo más que simples recuerdos, son capas de su vida, de lo que es, un ser en el que habitan distintas niñas y adultas.
“He descubierto que cuando era niña tenía adulta dentro, que seguramente tuviera dentro su propia niña con su correspondiente adulta, y así hasta quién sabe dónde. Soy una matrioska emocional, un universo de adultas y niñas concéntricas. Si me pongo a quitarme capas quién sabe qué puede aparecer. A veces me dan ganas de hacerlo, rollo estiptis, pero no, porque todas ellas somos yo.”
Bodega La Vita
Las bodegas-cueva, agrupadas en el altozano de La Vita, fueron picadas en el subsuelo arcilloso, cuya tierra endurece en contacto con el aire, por lo que de manera natural estas construcciones en negativo se auto refuerzan. Algunas de estas bodegas constituyen auténticos laberintos por su longitud y número de dependencias, destacando el lagar como zona donde se pisaba la uva y repisaba mediante la viga, una enorme palanca de madera. El mosto caía al pilo y de ahí se bombeaba o transportaba en odres hasta las cubas, donde fermentaban, para convertirse en vino. Estas bodegas son auténticas joyas de la arquitectura vernácula. Entre ellas sobresale la que el “Tío Carponte” construyó en el siglo XVIII y que alberga una amplia colección de enseres.
